Temprano salimos de nuestros aposentos, para tras tomar un escueto desayuno emprender la marcha hacia la dimensión vertical. Tuvimos que pasear durante un rato hasta toparnos con el muro que acojería nuestros anelos.
Comenzamos con el fresco que envuelve lo agreste, entumecidos y entorpecidos doblegamos la voluntad y nos sumergimos en la pared sur. No tardaron en aparecer compañeros de viaje, entre ellos un viejo amigo, con el que recordamos algún momento de la historia. Presa tras presa evolucionamos por la muralla sur del Pollego Inferior, disfrutando de momentos cálidos alternados con escalofríos, charlas amigables y en general un ambiente encantador.
La exigencia del itinerario nos obligo a agarrar mas de un hierro y algunos encuentros con las desagradables chorreras de agua nos dificulto el paso, pero poco a poco fuimos negociando nuestro transito por tan magna vía.
Cabe resaltar que la ruta tiene dos partes diferenciadas, con sendos estilos. Una primera mitad mas dura y deportiva y una segunda mitad mas asequible y clásica. Donde pondremos a prueba nuestra versatilidad disfrutando de una vía completa y de gran belleza.
Material: Cintas, Friends, Juego empotradores y estribo