Escalada mediterránea, con sabor a sal marina, a palmito y calcáreo. El Pic del Martell es uno de esos lugares que me trasladan a mis albores, a esos momentos en los que uno experimenta las nuevas vivencias, los nuevos descubrimientos. Esos momentos en los que el deseo experimental te conducen hacia universos dispares llenos de nuevas sensaciones. A eso me sabe a mi el Pic del Martell.
La vía nos gusto bastante, teniendo en cuenta que nos decantamos por todas las variantes que pudimos dándole a la ruta mayor dificultad y forzando en casi todos los largos el 6a.
El primer largo a pesar de algunos comentarios que lo tildan de expuesto, nos pareció de lo mas asequible. Nosotros aseguramos el paso desplomado de entrada con un camalot verde y sin problemas y luego puedes ir metiendo alguno mas casi al gusto. al final del largo cogimos la variante de la derecha equipada con unos clavos marcada como V+ y... o no vimos el canto o el V+ es ochentero, ochentero.
Nos pareció una buena opción en estos lares.