El tiempo marcaba cambios y como todo en la vida es flexible cambiaron los planes. La aguja de la brújula apunto hacia la serra d'Ensija y hacia allí que tomamos rumbo. La lluvia nos acompaño durante todo el día, pero la promesa de la predicción meteorológica nos hacia tener fe en el mañana. El mañana despertó con un sol radiante, osea que agarremos los trastos y "parriba".
Nos costo un poquito encontrar la entrada, pero por fin hilvanamos hilo. Roca muy buena, paisaje idílico, tranquilidad omnipresente, en fin el paraíso.
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