Desde tierras cálidas llegaron los compañeros, que atraídos por los cantos de sirena de las montañas venían sedientos de manto blanco. El desafió era desconocido por alguno, pero atrayente. La blancura nival presentaba nuevas experiencias que para otros eran ya conocidas. La cantidad era la justa para simular un escenario de alta montaña y allí que nos adentramos en la espesura lechosa del invierno.
Ascendimos la canal tropezando con algunos pasajes rocosos que añadieron un toque alpino a la ascensión. Gozando de buena temperatura fuimos remontando la canal hasta llegar a la cima donde el viento nos arrebato unos buenos grados centigrados.
La nieve aunque de textura primaveral se dejo negociar.
El descenso sorprendió el animo, que atemperado por una cuerda se dejo domar. Tras múltiples formas de descender llegamos a Prat de Cadi donde el manto blanco cedía paso al verde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario