De vuelta a los Mallos, en esta ocasión el clima impone refugio y así acabamos en el circo de verano, a la sombrita.
La vía es tranquila, sin sobresaltos, bien equipada, incluso demasiado, buena roca en general y con sus pasitos atléticos.
En fin una vía para pasar un agradable día de escalada veraniego.
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